viernes, 29 de agosto de 2008

El Llamado


Señor, tú me llamaste
y aquí estoy,
Tú ponunciaste mi nombre
Padre, y te seguí.

Senti tu llamado
en mi sangre, en mi corazon
en todo mi ser,
y me entregué a tí.

Aquí estoy, mi Señor,
Haz de mi lo que quiras
pero nunca me abandones.

Permiteme, Señor
que mi vida sea una imitación de la tuya,
Que todos los que me vean, Padre
sepan que soy tu discipula.

No hay comentarios: